“Siento la adrenalina y las ganas de ayudar, porque se sabe que el tiempo es oro y hay que llegar con la mayor cantidad de ayuda posible, tanto humana como material”, dice Fernando Álvarez, de la Brigada de Rescate Topos Tlaltelolco, un grupo de rescatistas voluntarios mexicanos, que ha ofrecido su ayuda tras los devastadores sismos en Turquía y Siria, que dejaron ya más de 7.000 muertos.

Este martes (07.02.2023), el Gobierno de México envió a Turquía 150 elementos especializados en búsqueda y rescate para ayudar a las víctimas de los terremotos. Mañana miércoles, sale, además, un contingente de unos 20 “topos”, cuenta Álvarez a DW. Los rescatistas irán acompañados de una unidad canina.

“Los perros nos ayudan a ubicar rápidamente el olor humano, lo pueden marcar en uno o dos metros cuadrados. Los sistemas especializados, como el sonar, la fibra óptica o el micrófono, tienen que entrar muy puntualmente, entonces la unidad canina ayuda a detectar vida humana y después ya se mete otro sistema o se empieza la labor de rescate”, explica.

El entrevistado recuerda que Turquía fue uno de los países que envió ayuda a México después del trágico terremoto de 1985. Asimismo, destaca la urgencia tras la catástrofe en Oriente Medio: “Ningún país tiene la capacidad de responder a un desastre mayor como el de ahora por sí solo, hay que ayudar, ser solidarios. Se requiere ayuda especializada por 10-15 días para ubicar y sacar a la mayor cantidad de sobrevivientes”.

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