El Gobierno de Joe Biden sancionó a una red de miembros del Cartel de Sinaloa y entidades asociadas por su participación en el comercio ilegal y mortal de fentanilo y metanfetamina, proporcionando productos químicos a “superlaboratorios” que producen drogas ilícitas para el cartel que una vez estuvo dirigido por el notorio narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Además de sancionar a los dos hermanos que manejan la red, Ludim Zamudio Lerma y Luis Alfonso Zamudio Lerma, el Tesoro de EE.UU. también sancionó a otros cuatro ciudadanos mexicanos y miembros del Cartel de Sinaloa, así como a seis empresas con sede en México.
“Los hermanos Zamudio Lerma y su red permiten la producción de drogas sintéticas que devastan la vida de los estadounidenses, mientras llenan los bolsillos de los líderes del Cartel de Sinaloa”, dijo Andrea Gacki, directora de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro. “Privar a esta red de acceso y de recursos dificultará la capacidad del Cartel de Sinaloa para producir y traficar las drogas ilícitas de las que depende”.
La acción de este miércoles fue “coordinada de cerca” con las autoridades mexicanas y es parte de un esfuerzo de todo el Gobierno para frenar el tráfico de drogas que mata a miles de estadounidenses cada año, según un comunicado de prensa del Tesoro.
Los otros miembros sancionados del notorio cartel incluyen al hijo de Ludim Zamudio Lerma, Ludim Zamudio Ibarra, y a Luis Gerardo Flores Madrid, ambos por suministrar químicos “precursores” ilegales que se sabe que se usan en la fabricación de drogas ilícitas. También sancionaron a dos operadores de laboratorio: Ernesto Machado Torres y José Santana Arredondo Beltrán, según el Tesoro.
Si bien China era la principal fuente de fentanilo ilícito en EE.UU. antes de 2019, los patrones cambiaron después de que los chinos impusieran controles más estrictos sobre el tráfico de drogas, según el Servicio de Investigación del Congreso. Desde entonces, las organizaciones con sede en México, como el Cartel de Sinaloa, obtienen precursores químicos de China para luego producir las drogas ilícitas en laboratorios mexicanos y enviarlas a EE. UU.