La transición hacia energías limpias y la eficiencia en el uso de combustibles son clave para reducir la contaminación atmosférica, especialmente en regiones fronterizas como Baja California

TIJUANA.- En el marco de un esfuerzo conjunto entre los gobiernos federal y estatal, se esperan importantes anuncios sobre avances en la armonización de políticas públicas en materia de energía y medio ambiente. Estas acciones, centradas en el uso eficiente de la energía y la mejora de la calidad del aire, abren una ventana de esperanza para el futuro sustentable de Baja California.

El gobierno federal busca optimizar el uso de combustibles en la industria automotriz, promoviendo una mayor eficiencia energética en los vehículos. Incluye medidas concretas para reducir el consumo de gasolina y aumentar el rendimiento por kilómetro, lo que además de reducir costos, contribuirá significativamente a disminuir las emisiones contaminantes. El compromiso del país es lograr que, al final del actual sexenio, el 45% de la matriz energética nacional provenga de fuentes limpias.

El IBQ. José Carmelo Zavala, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGAMX), destacó la importancia de este plan: “Estamos viendo una convergencia entre las políticas de energía y medio ambiente que no habíamos presenciado en años. La transición hacia energías limpias y la eficiencia en el uso de combustibles son clave para reducir la contaminación atmosférica, especialmente en regiones fronterizas como Baja California, donde compartimos cuencas aéreas con Estados Unidos”.

A nivel estatal, Baja California ya ha dado pasos importantes para alinearse con estas metas. Un ejemplo concreto es la instalación de paneles solares en el estacionamiento del Centro Cívico de Mexicali, así como el lanzamiento de un programa estatal para llevar esta tecnología a los techos de escuelas públicas. Estas iniciativas no solo reducen el costo del consumo eléctrico para los ciudadanos, sino que también ayudan a disminuir las emisiones de gases contaminantes, avanzando hacia una energía más limpia.

En cuanto al transporte público, el gobierno estatal ha iniciado en Tijuana, un programa pionero que busca reemplazar el uso de combustibles fósiles por gas natural vehicular. Actualmente, una flotilla privada de 100 camiones ya opera con este combustible más limpio en la ciudad, y se espera que, con la apertura de nuevas estaciones de abastecimiento, más unidades del transporte público migren a este sistema. El gas natural, que llegó a Baja California a través de la planta de regasificación en Costa Azul, es una opción más segura y eficiente que el gas LP, y su uso puede reducir las emisiones contaminantes del transporte público hasta en un 50%.

José Carmelo Zavala, egresado del Programa LEAD por El Colegio de México, subrayó que el uso de gas natural vehicular es un avance importante para la región: “La migración del transporte público a combustibles más limpios como el gas natural no solo mejorará la calidad del aire, sino que también hará que las empresas de transporte sean más rentables, al operar con combustibles más económicos y sostenibles”.

Este tipo de avances ya se han visto en otras ciudades del país como Querétaro, Guadalajara y Monterrey, que han comenzado la transición hacia el uso de gas natural en sus flotas de transporte público. Con esta iniciativa, Baja California se une a este esfuerzo, con miras a mejorar la calidad del aire y, por ende, la salud de sus habitantes.

La vinculación de los gobiernos federal y estatal para alinear las políticas públicas en materia de energía y medio ambiente es clave para enfrentar los retos actuales. La implementación de medidas, tanto en el sector energético como en el transporte, representa una oportunidad única para reducir la contaminación en nuestra región fronteriza, la cual comparte cuencas aéreas con ciudades como San Diego y el Valle Imperial. La coordinación entre ambos lados de la frontera es fundamental para garantizar una mejor calidad de vida para los habitantes de ambas naciones, que comparten el mismo aire.

Este esfuerzo conjunto nos permite ser optimistas sobre el futuro energético y ambiental de Baja California, consolidando una política más sostenible que protege la salud pública y promueve el bienestar de todos los ciudadanos.

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