CIUDAD DE MÉXICO, (Reuters) – El presidente, Andrés Manuel López Obrador, se prepara para unas elecciones clave del próximo año, y ha utilizado la corrupción como principal arma para vencer a sus adversarios políticos y como un pararrayos para desviar las críticas a su gestión.

Ahora, videos donde se ve a su hermano recibiendo paquetes con supuestas fajas de billetes de un aliado político han puesto en duda la imagen recta de López Obrador, socavando su argumento de que la corrupción arraigada ha alimentado la violencia crónica de los cárteles y frenado la economía de México.

La pandemia de coronavirus ha sumido a México en su peor recesión desde la Gran Depresión, y el camino hacia la recuperación se vislumbra largo y difícil, ya que el banco central pronostica que el Producto Interno Bruto (PIB) podría contraerse casi un 13% este año.

Para calentar su base antes de las elecciones legislativas de junio de 2020 haciendo uso de las acusaciones de corrupción de los mandatarios previos de México, el presidente propuso hermanar la votación con un referéndum para decidir si los expresidentes pueden ser acusados.

“Son las dos narrativas que compiten; corrupción contra crisis económica”, dijo Francisco Abundis, director de la encuestadora mexicana Parametría. “Y yo creo que así nos vamos a ir hasta 2021. Y no me queda claro cuál va a ganar”.

Si AMLO pierde la Cámara de Diputados, puede tener dificultades para revertir la apertura del mercado petrolero y del gas promulgada por su predecesor, que según él estaba empantanado de corrupción.

Para defenderse de ese riesgo, el mandatario está utilizando el juicio contra Emilio Lozoya, exjefe de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), acusado de soborno y lavado de dinero, para ventilar denuncias contra expresidentes y sus aliados de negocios.

Las encuestas sugieren que los votantes quieren que los líderes del pasado se enfrenten a la justicia por lo que López Obrador califica como décadas de manipular la economía a favor de los intereses privados y a expensas del pueblo.

La cruzada contra la corrupción ha reforzado sus índices de aprobación, que, aunque están por debajo de los picos de sus primeros meses, se mantienen muy por encima del 50% en la mayoría de las encuestas.

“HIPOCRESÍA”

Sin embargo, personalidad cuidadosamente cultivada de López Obrador como un flagelo contra la corrupción sufrió un golpe la semana pasada, con la publicación de videos de 2015 que mostraban a uno de sus hermanos recibiendo dinero en efectivo de un hombre que posteriormente sirvió en su gobierno.

Aunque ordenó que los dos fueran investigados, el presidente describió las filtraciones de videos como un acto de venganza por parte de adversarios enojados por sus esfuerzos por limpiar el gobierno.

Al describir el dinero en efectivo como “aportaciones” de los seguidores a su causa de transformación social, López Obrador dijo que el incidente era incomparable con la escala de corrupción que estaba enfrentando.

Esa explicación no fue lo suficientemente buena para Adrián González, un abogado de Ciudad de México que dijo sentirse “engañado” luego de votar por AMLO en 2018 y que no volvería a hacerlo.

“Es hipocresía”, dijo el hombre de 34 años. “Si vas a enfrentar la corrupción, tienes que poner el ejemplo”.

Aunque está ganando importancia, la corrupción ni siquiera es la principal preocupación de muchos votantes: un sondeo de Parametría a fines de julio dijo que el 43% de los encuestados veía la economía como el mayor problema de México, frente al 16% que eligió la corrupción.

Las amenazas de López Obrador de romper millonarios contratos adjudicados a privados por gobiernos anteriores han ayudado a frenar la inversión de empresas que podrían impulsar la economía, contribuyendo a una recesión incluso antes de que comenzara la pandemia.

Los políticos de la oposición se están presentando como una alternativa más moderna a la agenda económica de AMLO, que ha buscado reafirmar el control estatal de áreas clave como la energía.

Ildefonso Guajardo, un exsecretario de Economía que aspira a convertirse en gobernador del norteño estado Nuevo León en 2021, instó a las autoridades locales a tomar la iniciativa en el desarrollo empresarial porque ya no podían contar con el mismo apoyo federal.

“Tienes que utilizar todo con lo que cuentas a nivel estatal para poder detener la caída tan precipitada que traemos en la economía”, dijo Guajardo, quien encabezó la renegociación del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) bajo el gobierno anterior.

Editado en español por Sharay Angulo y Javier Leira

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