El Día de la Sobrecapacidad de la Tierra y la Urgencia de un Cambio Global
Artículo Libre.- En el marco del Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, una alarma resuena entre los socios comerciales de México en el Tratado de Libre Comercio T-MEC, Estados Unidos y Canadá. Esta fecha señala el momento en que la demanda de recursos naturales y servicios ecológicos de un año supera lo que la tierra puede producir en el mismo período. Es una llamada de atención sobre el agotamiento de nuestros recursos naturales y la urgencia de un cambio en nuestro comportamiento como sociedad.
Según el IBQ. José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C., el sobregiro del planeta es un indicador crítico que requiere una respuesta tanto a nivel nacional como individual. Destaca que mientras nuestros aliados comerciales han agotado sus recursos naturales para este año, México aún cuenta con un margen hasta el 29 de agosto.
La disparidad en el consumo de recursos no es solo una preocupación global, sino también local. En Tijuana, las diferencias son evidentes, con algunos ciudadanos viviendo con apenas 50 litros de agua al día, mientras que otros utilizan desproporcionadamente 1200 litros diarios. Estas asimetrías reflejan problemas más profundos de desigualdad social, económica y de acceso a recursos básicos.
Los expertos han delineado posibles soluciones, desde aumentar las fuentes de energía limpia hasta reducir el desperdicio de alimentos y promover la reforestación. Sin embargo, la verdadera transformación requerirá un cambio fundamental en nuestra forma de pensar y actuar.
El ingeniero bioquímico destaca la importancia de una transición hacia una economía circular, donde se reduzca, reutilice y recicle en lugar de producir y desechar linealmente. Además, enfatiza la necesidad de que las empresas asuman un papel activo en la promoción del bienestar social y ambiental, reconociendo que ningún negocio puede prosperar en un mundo fracturado.
En última instancia, el llamado es a una sociedad más integrada, solidaria y consciente de su impacto en el medio ambiente. Solo así podremos dejar de vivir de prestado y comenzar a trabajar en armonía con la naturaleza, reconociendo que nuestros recursos son finitos y que dependemos de ellos para nuestra supervivencia y prosperidad futura.