Rusia dijo el miércoles que sus tropas rompieron dos líneas fortificadas de las defensas ucranianas en el frente oriental, mientras Kiev calificó la situación allí de difícil y pidió una ayuda militar más rápida antes de una previsible ofensiva rusa.
El Ministerio de Defensa ruso dijo que los ucranianos se retiraron ante los ataques rusos en la región de Lugansk, aunque no dio detalles y Reuters no pudo verificar de forma independiente la información sobre el campo de batalla.
“Durante la ofensiva (…) las tropas ucranianas se retiraron aleatoriamente a una distancia de hasta tres kilómetros de las líneas previamente ocupadas”, dijo el ministerio en la aplicación de mensajería Telegram. “Ni siquiera la segunda línea de defensa del enemigo, más fortificada, pudo contener el avance de los militares rusos”.
El ministerio no especificó en qué parte de la región de Lugansk tuvo lugar la ofensiva. Reuters no pudo verificar de forma independiente el informe sobre el campo de batalla.
La oficina del presidente Volodímir Zelenski indicó que las fuerzas ucranianas repelieron algunos ataques rusos en Lugansk, pero añadió: “La situación en la región sigue siendo difícil”.
El gobernador regional, Serhiy Haidai, afirmó que Rusia está enviando equipamiento pesado y movilizando tropas a Lugansk, pero que las fuerzas ucranianas siguen defendiendo la región.