De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a agosto de 2024 se han registrado 82,832 mujeres como presuntas víctimas de delitos

PLAYAS DE ROSARITO – La violencia de género es un problema social profundamente arraigado, y la lucha contra este flagelo ha tomado muchas formas, como políticas gubernamentales y programas de apoyo a las víctimas. Sin embargo, una de las claves más importantes para erradicar la violencia hacia las mujeres es la prevención temprana, enfocada en la educación y concienciación de niños y adolescentes.

Lorena Meléndez Yáñez, presidenta de la Fundación Manos Unidas por Rosarito A.C., subrayó que se requiere intervenir desde la infancia para inculcar valores como el respeto, la igualdad y la empatía hacia las mujeres. Este enfoque busca crear un futuro donde las relaciones se basen en el respeto mutuo y no en la violencia.

De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a agosto de 2024 se han registrado 82,832 mujeres como presuntas víctimas de delitos. De ese total, el 55.35% corresponde a lesiones dolosas, el 18.33% a lesiones culposas, el 9.67% a delitos contra la libertad personal y el 4.35% a delitos que afectan la vida y la integridad personal, entre otros.

Los niños y adolescentes son particularmente susceptibles a adoptar creencias y comportamientos que perpetúan la violencia de género. A través de la familia, la escuela, los programas de internet, apps, juegos y la cultura popular, pueden aprender patrones que normalizan la desigualdad entre hombres y mujeres. Por esta razón, el entorno educativo se convierte en un espacio crucial para la prevención.

“Desde la Fundación hemos llevado información sobre prevención y respeto a más de 500 mil personas, incluyendo niños, adolescentes y adultos. Nuestra presencia en escuelas ha ayudado a concientizar a los estudiantes sobre la importancia de prevenir la violencia de género”, destacó Meléndez Yáñez.

La prevención de la violencia de género no puede depender únicamente de la familia y la escuela; es necesario que las políticas públicas y los programas comunitarios complementen estos esfuerzos. Los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales tienen un papel fundamental en la creación de programas de apoyo para niños y adolescentes, enseñándoles sobre los derechos de las mujeres, la igualdad de género y cómo prevenir la violencia.

“Las cifras son alarmantes. Tijuana ocupa el segundo lugar en casos de feminicidio entre 100 municipios de México, con 12 casos en lo que va del año, según el Secretariado Ejecutivo. Esto revela el enorme desafío que enfrentamos para prevenir la violencia de género, tanto en el núcleo familiar como en instituciones gubernamentales, organizaciones civiles y centros educativos”, advirtió Meléndez Yáñez.

La prevención comienza con la educación en igualdad de género desde la infancia, eliminando estereotipos y promoviendo la resolución pacífica de conflictos. Es vital que las escuelas, las familias y los medios de comunicación impulsen relaciones basadas en el respeto, mientras que padres y educadores reciben capacitación para identificar señales de abuso y fomentar el respeto mutuo. Empoderar a niñas y mujeres, a la vez que se involucra a niños y hombres en la prevención, es esencial para lograr un cambio significativo.

“Además, es necesario fortalecer las leyes y políticas que sancionen la violencia de género, asegurar el acceso a servicios de apoyo para las víctimas y crear espacios seguros para las mujeres. Las campañas comunitarias de concientización y los programas de reeducación para agresores complementan estos esfuerzos, promoviendo una nueva masculinidad basada en el respeto. Con estas acciones, podremos construir una sociedad donde la violencia de género no tenga cabida”, señaló.

Todos tenemos un papel importante en esta lucha. Cada conversación, cada ejemplo y cada acción cuentan. La prevención de la violencia de género comienza hoy, en cada hogar, aula y comunidad. Si educamos a nuestros jóvenes en la igualdad y el respeto, estaremos sembrando las bases para un futuro más justo y pacífico.