Luego de dos semanas de sufrir la pérdida de su padre, la fotógrafa mexicana Gabriela Reyes Fuchs sintió la necesidad de ver las cenizas a través de un microscopio, llevándose una sorpresa: no sólo eran tonos negros, blancos y grises, pues encontró una especie de nebulosa con colores brillantes.
De acuerdo con una investigación de El País, cuando Reyes Furch vio al espacio exterior en las cenizas de su padre sintió “que se le partía la cabeza y se quedaba sin aliento”.
Lo que la joven vio a través del microscopio logró ser fotografiado: detrás de cada partícula oscura brillaban los destellos azules, naranjas, amarrillos y rojos. Esto pese al equivocado pronóstico de los científicos, quienes creyeron que sólo se verían detalles en colores apagados.
El País detalló que Reyes Furch logró acceder al microscopio, propiedad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) gracias a que es sobrina de científicos (físicos, biólogos y genetistas), quienes la ayudaron a ver las cenizas de su padre, trayéndole, según sus palabras, un nuevo entendimiento del universo, la vida y la muerte.
La especie de nebulosa que antes era su padre fue enmarcada por Gabriela, quien imprimió las fotos en papel perlado y ahora están colgadas en su casa. Además, las fotografías se viralizaron en redes sociales, donde también se han compartido entrevistas con la joven.
Las fotografías de las cenizas de su padre fueron expuestas en México, Estados Unidos y Canadá, logrando que ganara popularidad y, en consecuencia, que diversas personas se acercaran a ella para que también fotografiara las imágenes de los restos de sus seres queridos.
Por ello, según El País, la fotógrafa patentó un proceso científico para lograr ver de esta forma las cenizas. Posteriormente, creó una empresa, llamada Innerstela, la cual hoy tiene cinco empleados.
El proceso para lograr las fotografías requiere dos miligramos de cenizas, las cuales son devueltas a sus dueños. Esta cantidad es puesta bajo el microscopio, donde se observan hasta encontrar un buen encuadre. Las fotografías son entregadas con un certificado de autenticidad.
Estas fotografías son vendidas por la fotógrafa en mil 600 dólares más IVA (unos 29 mil 388 pesos, aproximadamente), y su objetivo es poder llegar a las comunidades, a las que busca ayudar a llevar el duelo a través del arte.