Es una cinta que es y seguirá siendo para todo el público, amigable para los pequeños y reflexiva para los adultos y por supuesto, continuará en los corazones de quienes crecieron con la cinta.

Por: Andrea Bonecchi

ARTICULO LIBRE.- La Sirenita es uno de los clásicos de Disney, el clásico musical animado del estudio ganador en los Premios Oscar®️y una de las princesas renombradas de esta gran compañía que ha marcado la infancia de tantos.

La duda estruendosa sobre qué tan buena sería Bailey para ser la protagonista del filme se disuelve conforme pasan las escenas, en realidad la historia te atrapa tanto que ya no queda espacio para seguirlo cuestionando.

En esta nueva versión live action que creó polémica por el reparto elegido, encabezado por Halle Bailey como Ariel, Jonah Hauer-King como Eric, Daveed Diggs como Sebastián, Awkwafina como Scuttle, Jacob Tremblay como Flounder, Noma Dumezweni como la Reina, Art Malik como Sir Grimsby, con Javier Bardem como el rey Tritón y Melissa McCarthy como Úrsula. Los actores nos demostraron porqué están ahí, la entrega a sus papeles. 

Hablar de las películas de acción real de Disney es complejo; los clásicos marcaron la vida de muchos y esto hace que se creen altas expectativas de la producción y claro, de los efectos visuales. 

Inspirada en el cuento del magnífico escritor Christian Andersen en 1837 llega hoy a plasmar el mundo submarino de forma fotorrealista en la pantalla grande. 

El filme está ambientado en la década de 1830 en una isla del Caribe, Ariel es la hija menor de Tritón, el rey Del Mar, pero también la más rebelde de 7 hermanas. Sabemos que lo que caracteriza a Ariel es la curiosidad por ir más allá, por conocer otro mundo, aprender, descubrir cosas que nunca ha visto, esa ambición por romper el estereotipo de sirena y el mito de que todos los humanos son malos. La belleza de Bailey y esa voz tan hermosa le da una singularidad fantástica al personaje que también es la mayor tentación de ‘La Bruja Del Mar’, Úrsula, quién sabemos que querrá sacar provecho de ello, pero Sebastián, Flounder y Scuttle no lo permitirán. 

Jonah Hauer-King nos sorprende con ese increíble parecido al príncipe Eric de caricatura, un alma libre y entusiasta por recorrer el mundo y explorar el mar. De mundos distintos pero una finalidad en común que los une, salir de lo que conoce ya la sociedad. 

Aunque la película esté ambientada en esa época, podemos notar la adaptación a conceptos modernos y relaciones entre padres e hijos, el respeto a la vida individual de los jóvenes, el respeto también a las opiniones y decisiones de cada uno. 

Es una cinta que es y seguirá siendo para todo el público, amigable para los pequeños y reflexiva para los adultos y por supuesto, continuará en los corazones de quienes crecieron con la cinta.