Una motivación económica para que regrese esa agua a esta frontera, podría ser el acueducto hacia Valle de Guadalupe en Ensenada, para ampliar el área de viñedos
TIJUANA.- Dejar que se viertan al mar mil 100 litros por segundo de aguas tratadas después de que salen de la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales Tijuana –San Diego, ubicada en la frontera sur de Estados Unidos, abre un mercado riesgoso de agua que no tenemos en Baja California.
Así lo consideró el director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental A.C. (CIGA) al referirse a las aguas residuales que cruzan la frontera por el canal del Río Tijuana y que después de ser tratadas por la planta binacional, se vierten al océano Pacífico a través de un emisor submarino, mientras que los residuos sólidos (lodos) regresan a Tijuana.
“Creo que es muy peligroso que abramos ese mercado de agua. El agua es un recurso cada vez más preciado y si hoy no le damos el valor suficiente en la costa del Pacifico en Baja California es terrible, esto por el mal manejo que le damos. Creo que dejarla en Estados Unidos, va a ser un antecedente que se va a hacer cada vez más conflictivo”, señaló.
El director del CIGA, dijo que hay un segundo proyecto para ampliar la capacidad de esta planta binacional para tratar hasta 2 mil 200 litros por segundo de agua que, debería quedarse en el lado mexicano de la frontera, tomando en cuenta que los lodos ya se regresan a México, donde reciben un mal confinamiento.
“Una motivación económica para que regrese esa agua de Estados Unidos, podría ser el acueducto hacia Valle de Guadalupe, para ampliar el área de viñedos; también se puede sumar a lo que se está pensando en recargar Valle de las Palmas con La Morita y Los Olivos, eventualmente se recargara la presa Abelardo L. Rodríguez, en esa cuenca”, explicó.
Este recurso para ampliar la capacidad de tratamiento de aguas residuales mexicanas, fue el resultado de la gestión de autoridades y residentes de la frontera sur de Estados Unidos, ante las diversas y vergonzosas problemáticas que les han causado miles y miles de litros de aguas residuales que se vierten al mar desde el municipio de Tijuana.
José Carmelo Zavala Álvarez, egresado del programa LEAD por el Colegio de México, considero que las críticas a veces bochornosas, bien entendidas, ayudan a la gestión.
“Y lo digo también en el caso mexicano, nosotros desde el CIGA, hemos hecho observaciones sobre la política ambiental de Baja California y del país, con el convencimiento que ayuda a la dependencia para gestionar los recursos suficientes para hacer su papel, para cumplir su función en la parte ambiental y sustentable”
“Al interior del gobierno, el enemigo número uno, es la Secretaría de Hacienda, no tiene recursos, más que solo para quedar bien con el jefe del ejecutivo, solo con el Gobernador o Gobernadora en su caso y las otras dependencias están sufriendo en esa gestión, entonces, aunque es una crítica esperamos que lo tomen como algo constructivo”, subrayó.
El Ingeniero Bioquímico y experto en temas ambientales dijo que el agua en esta entidad es un limitante para el desarrollo, porque se tiene que traer desde el Río Colorado, bombearla a más de mil metros de altura a través de la montaña para poder llevarla hasta los municipios de Tijuana, Tecate y Rosarito, donde una importante cantidad se tira en fugas; el resto solo se utiliza una vez, la poca agua que se trata, casi 700 litros por segundo de agua de buena calidad de las plantas La morita y Los Olivos se vierten al canal del Río y se vuelven a contaminar y los mil 100 litros por segundo de la planta internacional se tiran al mar.
Agregó que el argumento siempre es la falta de recursos, pero esto se debe a que no se hace bien la cuenta, porque lo que cuesta a los bajacalifornianos es el gasto de energía para bombear el agua por La Rumorosa, es la cuenta más grande del estado en un solo punto.
La Secretaría de Hacienda, no sabe administrar con una visión de largo plazo y desafortunadamente todos los gobiernos son de corto plazo. Estos cargos públicos tienen un perfil de miopía para el tema ambiental y desarrollo sustentable, entonces, “No es falta de recursos, tiramos los recursos, no administramos bien”, finalizó.