ROMA, (Reuters) – El tenor italiano Andrea Bocelli se disculpó el miércoles por parecer que menospreciaba el coronavirus al decir que no conocía a nadie que hubiera estado en terapia intensiva, comentarios que enojaron a muchos y desencadenaron una tormenta de críticas en las redes sociales.
En un video en Facebook, Bocelli pidió perdón por cualquier sufrimiento que pueda haber causado, al decir que “no fue mi intención ofender a quienes se vieron afectados por el COVID”.
En declaraciones en el Senado el lunes, Bocelli dijo que creía que la situación podría no haber sido tan grave como decían las autoridades porque no conocía a nadie que hubiera estado en terapia intensiva e instó a la gente a desobedecer las reglas vigentes.
Funcionarios de salud lo criticaron y mensajes de indignación estallaron en las redes sociales, con el hashtag de Twitter #BocelliVergognati (Qué vergüenza, Bocelli) volviéndose viral.
“¡Dedícate a cantar!”, tuiteó una persona, que agregó que la superestrella ciega tuvo la suerte de pasar la cuarentena “en su enorme villa y que nadie de su familia haya muerto”.
Más de 35.000 italianos murieron de coronavirus.
Un tuit instó al grupo de derechos de autor de los artistas a despojar a Bocelli de regalías y otro dijo que sus comentarios no tenían sentido “seas de derecha o de izquierda”. Un club de una ciudad de la Toscana natal de Bocelli quitó de su juke box una de las canciones más famosas del cantante.
Los comentarios originales de Bocelli sorprendieron a muchos porque fue el símbolo de la unidad nacional en el momento más crítico de la cuarentena el Domingo de Pascua, cuando cantó solo en una vacía catedral de Milán en una interpretación en vivo llamada Music for Hope (Música para la Esperanza).
“A todas aquellas personas que se sintieron ofendidas o sufrieron debido a cómo me expresé, indudablemente no de la mejor manera posible, y por las palabras que usé, les pido que acepten mis más sinceras disculpas, ya que mi intención era todo lo contrario”, dijo al pedir perdón.
Reporte de Philip Pullella. Editado en español por Lucila Sigal