Por: Aldo Navarro
Artículo Libre: En la búsqueda de una sociedad más igualitaria y justa, uno de los temas que ha cobrado especial relevancia es el de las masculinidades responsables. Este concepto se refiere a la forma en que los hombres abordan su identidad de género, las relaciones interpersonales y el rol que desempeñan en la sociedad. En el ámbito de la salud, esta reflexión sobre las masculinidades es esencial, ya que impacta directamente en el bienestar físico, emocional y mental tanto de los hombres como de quienes los rodean.
Históricamente, la sociedad ha impuesto estereotipos rígidos sobre cómo deben comportarse y sentirse los hombres. Se ha asociado la masculinidad con la fuerza, la agresividad y la supresión de emociones consideradas “débiles” como el miedo o la tristeza. Sin embargo, este enfoque ha demostrado ser perjudicial para la salud y el bienestar de los hombres y en ocasiones la presión para ajustarse a estos estereotipos puede llevar a conductas de riesgo, como el consumo excesivo de alcohol y drogas, la conducción temeraria o la falta de cuidado de la propia salud.
La salud mental es otro aspecto crítico vinculado a las masculinidades. La expectativa de que los hombres no deben expresar sus sentimientos o vulnerabilidades puede llevar a una reclusión emocional que impacta negativamente en su bienestar psicológico. La tasa de suicidios entre hombres es más alta en comparación con mujeres, lo que resalta la importancia de crear un ambiente donde los hombres se sientan cómodos para hablar sobre sus emociones y buscar apoyo sin temor al estigma social.
La noción de masculinidades responsables abarca también el ámbito de las relaciones interpersonales. Fomentar una masculinidad basada en el respeto, la empatía y la igualdad con las mujeres y otras identidades de género es esencial para construir relaciones saludables y libres de violencia. La violencia de género es un problema grave en muchas sociedades y promover una masculinidad responsable es fundamental para prevenir este tipo de conductas desadaptativas y promover la sana convivencia.
Los medios de comunicación, la educación y la familia desempeñan un papel fundamental en la promoción de las masculinidades responsables. Es necesario que se fomente una representación más diversa y positiva de la masculinidad en los medios, alejándose de estereotipos nocivos y promoviendo modelos a seguir que reflejen una masculinidad más equilibrada y sensible. En el ámbito educativo, es vital implementar programas que promuevan la igualdad de género, el respeto y la no violencia. Y en el núcleo familiar, es necesario fomentar una crianza que permita a los hombres expresar sus emociones libremente y se involucren en las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, desafiando así los roles de género tradicionales.
Transitar de un modelo de masculinidad tradicional a uno de masculinidades responsables implica un proceso de autorreflexión y cambio en nuestras actitudes y comportamientos entre los que podemos considerar:
1. Cuestionar los estereotipos de género: Reconocer que los estereotipos tradicionales sobre la masculinidad son limitantes y pueden perpetuar conductas dañinas.
2. Escuchar y practicar la empatía: La empatía nos permite conectar con las experiencias y emociones de las personas que nos rodean, fomentando relaciones más saludables y significativas.
3. Rechazar la violencia y promover el respeto: Comprometerse a rechazar cualquier forma de violencia o agresión, tanto física como verbal. Promover el respeto hacia todos los seres humanos, sin importar su género, raza o identidad, contribuye a un entorno más seguro y equitativo.
4. Ser consciente de la salud emocional y mental: Reconocer la importancia de cuidar nuestra salud emocional y mental. Permitirse expresar emociones y buscar apoyo cuando sea necesario sin temor al juicio.
5. Participar en la crianza y tareas domésticas: Contribuir activamente en la crianza de los hijos y en las tareas del hogar. Romper con la idea de que ciertas responsabilidades son exclusivas de las mujeres y participar de manera equitativa en el cuidado del hogar y la familia.
Las masculinidades responsables son esenciales para la construcción de una sociedad más sana y equitativa. Abrazar una identidad masculina basada en el respeto, la empatía y la igualdad promueve la salud integral, tanto física como mental, de los hombres y de quienes los rodean. Romper con los estereotipos dañinos y fomentar una masculinidad más inclusiva y consciente es una responsabilidad compartida que nos beneficia a todos.