Madonna está más que acostumbrada a que se la juzgue por su imagen pública, pero hay ciertas líneas rojas que no piensa permitir que se crucen. En los últimos años el escrutinio mediático al que se la somete ha pasado de centrarse su pasión por la provocación bien sea a través de su ropa, su videoclips o la imaginería de cada nuevo disco, a discutir su aspecto físico y más en concreto los supuestos retoques a los que se habría sometido.
Desde el pasado domingo, la cantante de 64 años ha sido objeto de críticas y burlas tras su aparición en la gala de los Grammy por el ‘nuevo rostro’ que muchos aseguran que estrenó para la ocasión. Madonna considera que este acoso es una prueba más de la discriminación a la que se enfrentan las artistas por su edad y la “misoginia que impregna el mundo en que vivimos”.
“Vivimos en un mundo que se niega a celebrar a las mujeres que pasan de los 45 años y siente la necesidad de castigarlas si siguen teniendo una voluntad fuerte, siendo trabajadoras y aventureras”, ha lamentado en Instagram.
Madonna ha terminado su mensaje con una nota de desafío prometiendo que seguirá “plantando cara al patriarcado” con su “comportamiento subversivo” tanto tiempo como decida para disfrutar al máximo de la vida.
“Nunca me he disculpado por ninguna de las decisiones creativas que he tomado, ni por mi aspecto o mi forma de vestir, y no voy a empezar a hacerlo ahora. He sido degradada por los medios de comunicación desde el principio de mi carrera, pero entiendo que todo esto es una prueba y estoy feliz de hacer de pionera para que todas las mujeres que vienen detrás de mí puedan tenerlo más fácil en los años venideros”.